24 de agosto de 2007

Capítulo 16: El General Patón unleashed

Efectivamente, tal y como suponían, los ñica-ñicianos habían re-raptado a Franco, robándoselo al SS Avión, que estaba atado y desnudo detrás de un arbusto.

- Deberíamos ayudarlo -dijo Código de Barras no muy convencido.
- Mejor no, que se joda -respondió sabiamente Nano (se mete el dedo en el ano).
- Realmente tu intelecto y conocimiento crecen día a día -afirmó el ratón.

Asentados en un desfiladero del Pico del Pato, descubrieron un centenar de ñica-ñicianos vestidos con trajes regionales que entregaban a Franco a la oscuridad de una cavernosa caverna…

Tras cantar las tres primeras canciones de 4º recopilatorio de grandes éxitos de Abba, los ñica-ñicianos huyeron despavoridos sin motivo alguno, cayendo por la ladera de la montaña, despeñándose de este modo en una muerte dolorosa y horrible.

Ya era tarde, el General Patón había salido de su caverna y ahora estaba furioso y estreñido… Era tal y como contaban los mitos: un pato aterrador, tan grande como un cochecito de juguete agrandado con un rayo espacial que agranda cosas, tenía pico, dos ojos y dos patas y además podía expulsar mostaza por la boca…

- ¡Código de Barras, usa tu magia! -Dijo Nano (tiene en la cara un grano).
- ¡No puedo! -Respondió.- ¡Los patos son inmunes a la magia… y además yo no tengo!

El General Patón, enfurecido, lanzó un chorro de mostaza a nuestros héroes pero lo contrarrestaron con tiza blanca y no sufrieron herida alguna.

Agarraron a Franco y se fueron de allí huyendo valientemente…, lo que dejó al General Patón gravemente cabreado. La bestia alzó el vuelo y se comió cinco helicópteros, dos canguros voladores y treinta y siete cangrejos.

- ¡Se va a cargar Móstoles! -Dijo Franco.
- ¿Que nos van a regalar un mp3? -Preguntó Nano (de pelo gris y cano).
- A tu madre se la ha comido un rinoceronte -aclaró Código de Barras.
- ¡¡Oh, no!! ¡¡Debemos detenerlo!!

Capítulo 15: Pedos asilvestrados

- ¡Eh, eh! ¡Un momento…! Tú, Gnomo… ¿Qué cojones…? -Dijo Nano (sin duda el más marrano).
- Tengo información que os “IN- Teresa”… -Dijo Carod.
- Desembucha -dijo Código de Barras mientras se colocaba el sweater rosa.
- Pero antes veamos estos “Campos”… Sí… ¿No os parecen “IN-Tereluantes”? ¡Vamos! ¡No me canso de verlos “Día a Día”… Tenéis que…
- ¡Oh, no! -Dijo Nano- ¡No es más que un banner de 2005 con publicidad de Mª Teresa Campos!
- No... Yo sólo soy un humilde gnomo… ¡CORRILLO! ¡¡CORRILLO!!
- ¡Que me aspen! -Gritó Código de Barras- ¡Es cierto! ¡Salgamos de aquí!

Nano se metió a Código de Barras en el único agujero que tenía libre: la oreja izquierda, y corrió de espaldas (porque decía que así había mejores vistas) lejos de allí, siguiendo antento las indicaciones del ratón... Pronto aparecerían en Ñica-Ñica.

- ¿Qué hacemos aquí? -Preguntó Nano.
- ¿Recuerdas el tachón en la nota de SS Avión? -Susurró Código de Barras, ya que Nano le oía a la perfección estando en su oído–. Apostaría dos ruedas de queso brie a que se le avalanzaron las tribus indígenas de la zona en ese preciso momento....
- Lógico.

Avanzaron dos pasos... Uno más.

- Si no me follan las cuentas han tenido que traerlos aquí, al Pico del Pato -dijo Código de Barras mientras se daba un buen atracón de cera caliente-. Estas tribus de Ñica-Ñica están bajo la tutela del General Patón, un pato del tamaño de un guisante del tamaño de una alcachofa gigante.
- Tengo gases... -Musitó asustado Nano.
- Debemos darnos prisa... Verás... Dice la leyenda que para que el General Patón no vuelva a atemorizar a las gentes del pueblo de Ñica-Ñica, hay que ofrecerle en sacrificio... ¡Una lavativa!

En ese instante a Nano se le fue un atronador pedo que resonó con furia asesina en todo Ñica-Ñica y parte de Ñaca-Ñaca...

Capítulo 14: Aventuras marineras de olorosas proporciones

Pero ni toda la mierda de sus azarosos culos habría sido suficiente para crear el pedazo descomunal de excrementos necesario.

- ¡El SS Avión se acerca, maldita sea! -Dijo Errol Flin que ya no sale más en este relato.

Y aunque hicieron fuerza no lograron la escoria necesaria hasta que... ¡Un ñaca-ñaciano se bajó los pantalones! ¡Y otro! ¡Y otro más! ¡En ayuda por la valiente defensa frente a los pollíganos, las gentes de Ñaca-Ñaca les ayudaron a construir el ñusco flotante! Pronto finalizaron un trirreme colosal de doce cañones, fabricada exclusivamente con caca humana.

Su travesía comenzó tranquila hasta que del lago surgió una inmensa garza que se comió a sí misma ante el horror de la tripulación.

- ¡El SS Avión está ya aquí! ¡Acolchinad los altrabuses, fijoread las escarpias, satad los fadones! ¡Enforcijad los miramientos, ya!

Tuvo lugar así una batalla naval de mierdosas proporciones entre el SS Avión y el Zurullo de los Siete Bares (que así llamaron al barco).

- ¡Señol, los pelos del culo no me dejan dolmil! -Dijo un chino.
- ¡Pues córteselos, so guarro! -Gritó Nano.

Pronto, el SS Avión les alcanzó con un torpedo y la nave empezó a hundirse.

- ¡OOOOH! ¡MIERDA! -Dijo Nano mientras caía al vacío.

La tripulación empezó a ahogarse y fueron devorados por Escila y Caribdis. Nano y Código de Barras se encontraron desmayados en la orilla. El ratón estaba enterrado en el interior de una bola de repugnante abono a siete centímetros de la superficie, así que pudo recuperarse antes y despertar a su amigo.

- ¡Por todas las estrellas del porno! ¡Franco ha desaparecido! -Dijo el ratón.
- ¡Dioses Católicos y Protestantes! ¡Creo que Franco ha desaparecido! -Dijo Nano (sudoroso y recién levantado).
- Realmente eres más tonto de lo que pareces -replicó el roedor.
- Y tú insultas mucho para ser un chimpancé -respondió el viejuno.

Al lado de ellos había un pergamino en una botella de orujo. Como no podían bebérselo, se lo comieron. En la etiqueta aparecía un mensaje:

“Tengo a Franco. Si no os entregáis me hará un enema y después lo entregaré a la tribu más sanguinaria.

Fdo. SS Avión.

PD: Si te pasas por aquí, llámame y quedamos_______”


- ¡Oh, no! ¡Una postal maléfica! ¡Con tachón incluido! -Dijo Código de Barras.
- A mí me da igual, no sé leer -dijo Nano (un corcho le tapa el ano).
- Dice que han raptado a Franco.
- ¿Que Franco se ha ido a comprar tabaco?
- Que lo han raptado.
- ¿Que está en la Mansión Playboy?
- Que van a reponer El Equipo A.
- ¡Dios mío, han raptado a Franco!

Entonces apareció Carod Robira, también conocido como Carod el Gnomo, y cantó:

- Soy un gnoooomo… Y aquí en mi mundo soy feliz. Mi calva sé orientar, para tus ojos quemar…

Capítulo 13: Charco de mierda

- Pero no empecemos a chuparnos los codos todavía… -Dijo Código de Barras, tratando de emular al Sr. Lobo, mientras recogía su minúsculo sombrero de paja del suelo- ¡Hay que darse prisa! ¡El SS Avión nos sigue de cerca!
- ¿Quién te ha dado esa información? -Preguntó el Nano (se hace pajas con la mano).
- Pérez, un primo mío que se hace dentaduras con dientes de leche y vive aquí, en Ñaca-Ñaca.
- ¡Espera! -Dijo Franco.
- ¡¿Qué?! -Contestó absorto Código de Barras.
- ¡Tenemos que salir de aquí! ¡El SS Avión nos pisa los cojones!- Replicó Franco.
- ¡Pero si es lo que acabo de…!
- ¡Esperad! -Se sumó Nano.
- ¿Qué pasa, Nano? -Preguntó Franco.
- ¿No os dais cuenta? ¡Hay que salir de aquí ¡El SS Avión está jodidamente cerca! -Gritó el Nano.
- ¡Mierda! -Dijo Franco- ¡Es cierto!
- Sí, sí, sí… salgamos de aquí. -Se resignó a decir Código de Barras.

Con las cosas así, nuestros amigos marcharon a prisa, llegando en cuestión de pocos segundos al pantanoso Lago de la Puta Mierda.

- Menudo montón de mierda… -Dijo Franco- ¿Cómo diantre lo cruzaremos?
- ¿Bordeándolo? -Preguntó Código de Barras.– Lo cierto es que es muy pequeño… Vamos, que en cinco minutos…
- Demasiado fácil, mi querido gato -dijo el Nano.
- Ratón -replicó Código de Barras.
- Eso, mi querido aguilucho. Pato… sapo.
- Como quieras…
- ¡Construiremos un ñusco flotante gigantesco! Un verdadero montón de mierda para atravesar un charco de mierda.
- Sublime -dijo Franco mientras se subía los pantalones.
- ¿Y cómo lo haremos?- Preguntó Código de Barras.
- Cagando a más no poder -dijo el Nano-. ¿Cómo si no? Luego lo moldearemos y punto. Lo vi ayer en Bricomanía.
- Ya iba siendo hora… -Dijo Franco–. Joder, tengo un chorongo atravesado desde que pasamos la Giralda… Uh… Joder…
- Amigos, ¡nos lo vamos a pasar en grande!- Dijo Nano.

Capítulo 12: Con los huevos de corbata

Los ñaca-ñacianos estaban aterrados ante el ataque. Con el poder de sus huevos los pollíganos provocaban terror y horribles moratones en todo el cuerpo.

- ¡Cojonudo! -Dijo uno de los malvados.

Franco vio que tendrían que usar armas mejores y compró katanas samurai para todos en el primer Alcampo que encontró. Así, Nano (además de feo, enano), utilizó el filo y le cortó las pelotas a uno de los villanos. ¡¡Pero de repente, se reprodujeron y pasaron a ser cuatro!!

- ¡Acojonante! -Pensó el heroico Nano.

El mismo horror se repitió en todo cojón que fue cercenado. Pronto había centenares de bolsas escrotales en el campo de batalla…

En el fragor del combate, Código de Barras se vio rodeado… Iba a morir cuando ¡¡aquellos cojones asesinos estallaron en mil pedazos!! Efectivamente, Nano (se meó ahí al lado) le había salvado dejando a un lado la katana samurai y usando una maza pinchuda.

- ¡Aaaaag! ¡Mis huevos! -Dijeron los Pollíganos acojonados.

Pronto todos se dieron cuenta de que usaban el arma equivocada y empezaron a utilizar golpes contundentes: Martillos, bates, cacerolas o patadas. Al cabo de una hora, la terrible escaramuza había finalizado.

- ¿Pero por qué me has salvado? -Dijo Código de Barras- ¡Soy un oficial almorrano!
- Te salvé porque me salió de las pelotas.

Aquellas bellas palabras le conmovieron profundamente y abandonó para siempre la senda del mal para convertirse en un buen ratoncito.

Capítulo 11: Pelotas asesinas

...y es que en efecto, aquel pueblo era “Ñaca-Ñaca” y aquellos guerreros, los Pollíganos, usaban ahora su tremendo ataque. Un ataque que consistía en la llamada “muerte cojonera”. Tras siglos de evolución, lo Pollíganos consiguieron controlar la roña de sus uñas, lo cual hizo posible que dicha mierda subcutánea se metiera dentro de las propias uñas, atravesara el organismo en sus adentros y bajara a la zona escrotil. Esta guarrería les dotaba de unos huevos inmensos repletos de carroña. Su golpe mortal (la muerte cojonera) consitía en girar sobre su eje haciendo volar aquellas masas enormes y peludas para golpear al enemigo. Nano (que no Mariano Mariano), Franco y Código de Barras corrían un serio peligro, pues sus pelotas no podían hacer frente a tan tamaña amenaza...

¡El ejército de los huevos avanzaba peligrosamente!

Capítulo 10: Nuevos aliados y viejos zurullos

Entonces salió uno de los ratones, que vestía un uniforme almorrano.

- Adiós, amigas -decía el muy cabrón, que había pasado allí la noche.

De inmediato Franco lo amenazó con contárselo a su mujer si no les ayudaba y el ratón no tuvo más remedio.

Nano (al Risk yo le gano) y Franco se marcharon con el ratón, que se llamaba Silvestre y Piolín y le gustaba mucho el Scrabble porque de pequeño le atacó un cangrejo. Paca, la máquina tragaperras que se había cambiado el nombre legalmente, se despidió muy contenta porque no quería que se fueran, ya que se había enamorado de Nano (vete a la mierda ya con las rimas).

Mientras tanto, el Imperio Almorrano había creado una nueva arma: el Clip de 40 Metros, capaz de tirar rayos azul marino que quitaban el barro de las botas a la gente. La masacre fue total. Pero el líder en Móstoles de los almorranos, el Gran Hemorroide, un cantaor fracasado que vestía como Napoleón pero con una regadera en la cabeza, se enteró de las hazañas de Franco y Nano y convocó un concurso de cazarecompensas y para ello llamó a Ramón García. El ganador fue un submarino de tierra, el SS Avión.

En otro lado, Franco, Nano y Código de Barras (el ratón, que se había cambiado el nombre legalmente) estaban tan cansados que para relajarse estuvieron corriendo durante cuatro horas. Llegaron a la aduana del Reino de Sugus de Piña de Móstoles, el reino que en tiempos pasados perteneció a Sugus el Grande y que ahora estaba controlado por los almorranos. Gracias a la ayuda de Código de Barras pudieron pasar. Al otro lado se encontraron un bonito recibimiento de falangistas que les saludaron felizmente con sus cadenas, bates y puños americanos y se despidieron después en su idioma, escupiéndoles en la cara.

Después de recuperarse, continuaron por el Reino de Sugus de Piña y encontraron un bonito poblado donde todas las casas eran de vidrio barato y paja seca con lo que se producían muchas inundaciones. Sin embargo, aquel alegre lugar estaba en el caos más absoluto porque lo atacaban los Pollíganos (pelícanos subterráneos), criaturas que votan al partido ese de los porros, usan desodorante Axe y arrasan aldeas por venganza (su pueblo fue expulsado de la roña de las uñas, donde vivían muchos siglos atrás).

Los guerreros se pusieron en marcha…

Capítulo 9: Punto de inflación

Subieron, pues, raudos y lentorros, al sótano.

- Es el único sótano libre que tengo esta noche -dijo Don Ducados, un paquete de Ducados gigante-. ¿Tenéis fuego?

Don Ducados se marchó fumándose un brazo y les dejó en aquel oscuro sótano.

- Hay demasiada luz -dijo el Nano (él no sabe que es gitano)–. Voy a subir las persianas. Luego podremos desnudarnos y beber cocido encima del microondas…
- No empieces, tenemos que elaborar un plan de escape lo suficientemente estúpido para que los almorranos no nos pierdan la pista -razonó Franco mientras se ponía una blusa para dormir–. Además, aun tienes que limarme las verrugas de los pies…

Entrada la noche, oyeron pequeños gemidos en una de las esquinas del redondo sótano. En efecto, luces multicolor salían de una pequeña ratonera. Nuestros héroes de entretiempo se acercaron y descubrieron un cartel que anunciaba: “La teta ratonera enroscada: abierto hasta que se acabe el queso”. ¡En efecto! Nuestros amigos contemplaban atónitos y sin ningún asombro ¡un prostíbulo para ratones!

- ¿Sabes qué es lo que me apetece ahora realmente? -Preguntó el Nano (el viernes le metieron un troyano).
- ¡Colgar los pantalones en el ventilador del techo mientras gritas “no, señora Higgis, no me sé el subjuntivo”!
- Malditos sean tus ojos… ¡Tú te has leído el guión!

23 de agosto de 2007

Capítulo 8: Más allá de la cúpula de la soja

Nuestros héroes, machos, aventureros, y heterosexuales, continuaron su épica aventura a través de los morados prados, los morados ríos y caminado bajo moradas nubes. Pronto se dieron cuenta de que habían recibido una hostia y tenían los ojos morados.

Como llevaban dos semanas sin beber, tenían mucha hambre y se pararon a hacerse la manicura en una bolera. Allí les recibió una bella máquina tragaperras, pero, mientras estaban haciendo el pino encima de un cubo de Rubik entraron los soldados almorranos armados con letales tampones y cajas de cedeses. Franco escupió y murieron doce villanos de diez que le atacaron. Nano (que la tiene como un faro, uf que mala esta) invocó el poder de los viejos y el que quedaba se tropezó y murió de un infarto.

- Volverán -dijo Nano (no te burles, Mano)–. Tenemos que quedarnos antes de que regresen.
- Tengo dos habitaciones arriba -dijo la Perra que Traga (la máquina tragaperras).
- Nosotros sólo necesitamos una -dijeron nuestros heterosexuales protagonistas.

Capítulo 7: Dualidad bipolar

“Madre de diox bendito”, pensó Marcos al leer tanta mierda junta. Se subió los pantalones y siguió con la aventura.

- La tengo dura… -Comentó el Nano (el del cepazo en un llano).
- Ahora no hay tiempo para eso…-Replicó Franco–. Tenemos que escalar la ladera de ese valle para llegar a la Torre de la Cebolleta y aún no nos hemos lavado los dientes. Llevamos tres días de retraso, llegaremos demasiado pronto como sigamos así.

Lo primero ahora era buscar un estanque para cepillarse los dientes (nadie osa llegar a la Torre de la Cebolleta oliendo a ajo). Por el camino se encontraron con Chumi, Payo y Fofi, a los cuales me veía obligado a nombrar por contrato. Cuando llegaron al estanque "El Estanque" se bañaron aprovechando que estaba vacío y que los truenos anunciaban tormenta.

- ¿Quieres darme un poco de crema? -Dijo Franco, tumbado en la toalla y con un sombrero de paja–. Es que no llego a mis piernas…
- Oh, Franki, pensé que nunca me lo pedirías…

Y dado que la historia estaba tomando tonalidad gay, los ejecutivos obligaron a Marcos a pasar el testigo a Kike...

Capítulo 6: El advenimiento de los almorranos y el nacimiento de los héroes

Pezón-Woman, la superheroína que no importa cuántos jerséis lleve, porque siempre se le marcan los pezones, les sacó de la cárcel.

Al salir descubrieron que la raza de los almorranos, los hombres-almorrana, habían corrompido a toda la ciudad con su maléfico plan de dar soja gratis a todo el mundo. Su aspecto era repulsivo porque se asemejaba al Trident de fresa ácida.

- Los almorranos están cerca -dijo Franco– , será mejor que busquemos un disfraz.

Así, fueron al “Cortinglés” y pasaron desapercibidos ante las pérfidas tropas almorranas.

Los almorranos provenían del planeta Pí, que se encuentra a seis galaxias a la derecha de la Vía Láctea, justo detrás de una gasolinera. El planeta Pí es un lugar donde todo es azul marino y se asesina cruelmente a aquel que pinte con azul claro o azul muy oscuro. El gobierno del planeta Pí se rige por el Consejo de los Catorce Empleados de Rodilla y están permitidas las bodas gays, pero sólo entre gatos. En Pí el aire cuesta un dólar la onza, pero puede comprarse en Internet por la mitad, claro que tarda de seis a ocho semanas en llegar. Las tropas almorranas van vestidas con calzones en la cabeza, botas de montaña y trajes de plexiglás adornado con tapas de wáter.

Mientras tanto, Franco y Nano (se tira a la rana y al rano) se dirigían a la mística Torre de la Cebolleta, en busca del mágico Borrador del Poder, una goma Milán capaz de borrar el bolígrafo… Nano estaba aterrado.

- Esta es la única forma de derrotar a los almorranos -pensó–. Tendré que hacerlo.

Capítulo 5: Con dos pezones

- ¿Sabes qué es lo que más me apetece ahora? -Dijo el Nano (se lo follan los marcianos).
- ¡Sí!- Contestó Franco.
- ¡Por todas las granjas en Cuba! ¿Qué?
- No lo sé… Sólo me estaba quedando contigo… -Dijo Franco, jocoso, mientras se serraba una pierna.
- Me apetece un buen enema… -Dijo el Nano (se la mama el rey cristiano)- ¿Puedes… ayudarme?
- ¿Acaso lo dudas?

Ambos se pusieron manos a la obra. Justo en ese momento apareció ¡¡¡PEZÓN-WOMAN!!!

22 de agosto de 2007

Capítulo 4: Franco

Pero al llegar, algo aterrador tuvo lugar: la tienda acababa de cerrar y ahora era un ¡Bershka! Se dio la vuelta, ¡otro, y otro más! Pronto toda la ciudad estaba repleta de ropa repugnante de colores brillantes e incluso brillosos. Todo por lo que había luchado ya no valía para nada. Se tiró al suelo y clamó al cielo.

- ¿Por qué? ¡Oh, Cruel Sino! ¡Yo no escogía nada! ¡Sólo soy un peón en el juego del Universo!
- ¡No llores! -Oyó de repente.
- ¿Quién eres tú?
- Soy una lavativa. Hoy día a nadie le gustan las lavativas.
- ¿Y cómo te llamas, lavativa?
- Me llamo Franco -dijo–, en andorrano significa “Navegador de Mundos”.
- ¿¿Puedes navegar entre mundos?? -Preguntó Nano (me la mete por el ano).
- No. Pero puedo ayudarte si estás estreñido.

Entonces llegó un policia y los encerró en los calabozos porque los confundió con John Rambo y dentro vivieron muchas aventuras ya que la celda era minúscula y pronto perdieron la conciencia.

Capítulo 3: Metamorfosis en Móstoles

Sí, amigos. El Nano (se la agarra bien mi hermano) había aparecido en un nuevo mundo... ¡El Mágico Mundo de Móstoles! (¡Sielo Santo!). Pero no sólo eso… Su aspecto había cambiado. Su cuerpo estaba cubierto de arrugas, tenía dentadura postiza y una pata de palo firmada por toda la plantilla del Real Madrid… ¡Tenía ahora un aspecto tan jovial! Decidió aprovechar el tiempo y se desplazó lentamente hacia el Alcampo más cercano. Lo que ahora necesitaba era un bote de Titanlux…

Capítulo 2: Aclaraciones innecesarias e inmerecidas

Aquel helado verano habían pasado muchas cosas: no sólo Nano (me la agarra con la mano) había encontrado llaves. Chumi, Payo y Fofi habían encontrado bolígrafos, pulseras y una cabellera humana.

El caso es que el tonto y astuto Nano se agachó hacia arriba para coger la llave y al alcanzarla... ¡Madre del amor hermoso! ¡Alabado sea Alá! ¡Dios, Jesús, María y José! ¡Coño! ¡Por Crom! ¡La octava maravilla del mundo! ¡Albricias! ¡Anda, mira tú! Empezó a brillar con un brillo brillante como una garrapata y en medio del camino se abrió una terrena puerta dimensional que mandó a nuestro amigo a un mundo extraño de fantasía y color…

Capítulo 1: Un capullo ha florecido

Érase una vez una noche soleada… era verano y la nieve llegaba a entorpecer el paso de los transeúntes. El Nano (me la agarra con la mano), había salido del cole y se dispuso a coger el atajo más largo para volver a casa. En su andadura no pudo evitar fijarse en un agujero que había en la seca tierra mojada… ¡Alguien había enterrado una llave! (¡¡Dios Santo!!)